EL ULTIMO TRIUNFO DE LOS U-BOOT
Fue a principios de 1943 cuando el servicio B, la organización de alarma-radio alemana, logró descifrar la clave naval que utilizaban los Aliados para comunicarse con los convoyes que navegaban por el Atlántico.
El mando alemán no perdió tiempo, y se dispuso a aprovechar este triunfo. Entre las señalizaciones interceptadas y descifradas figuraban las directrices impartidas a dos convoyes, que habían zarpado de Nueva York unos días antes, para que alterasen el rumbo , con el propósito de evitar una concentración de U- Boot localizada en su prevista ruta septentrional.
El almirante Döenitz ordenó inmediatamente a sus unidades que se dirigieran hacia el sur, con objeto de interceptar al primer convoy, el SC-112 , en la ruta que, según el servicio B, debía seguir. Los U- Boot que recibieron esta orden eran doce y constituían el grupo Raubgraf
Otros catorce submarinos constituyeron el grupo Stürmer, flanqueados por otros cuatro que acababan de abandonar los puertos de Francia Occidental. Otros nueve formaron el grupo Dränger, flanqueados asimismo por otros dos submarinos también procedentes de Francia. Esta gran formación se desplegó a lo largo de la línea que corría de Norte a Sur y que coincidía con el límite del radio de acción de los aviones Aliados. Apenas constituidos, estos grupos de U-Boot recibieron la orden de dirigirse a as costas de los Estados Unidos, con la esperanza de interceptar al HX-229, el segundo convoy localizado por el servicio B. Pero las condiciones climatológicas eran tan desfavorables, que el grupo Raubgraff llegó con retraso a la zona asignada. Cuando, por fin, pudo alcanzar la ruta que se suponía debía seguir el SC-112, la superficie del Atlántico aparecía desierta.
Más la tarde del día 15 de Marzo, la fortuna pareció sonreír a los U-Boot: en efecto, el U-91 avistó un destructor que navegaba hacia el Este, inmediatamente, los submarinos pusieron proa en aquella dirección. Como no se veía ningún otro barco enemigo, el grupo Raubgraff se dividió en dos. Cuatro de sus unidades recibieron la orden de seguir rastrillando la zona, las otras deberían dirigirse hacia el Este, sin alejarse demasiado, por si el convoy hubiera logrado deslizarse sin ser visto. Al parecer, ese destructor estaba escoltando un convoy fantasma, pues la operación de rastreo no reveló nada nuevo.
Sin embargo, la suerte parecía seguir beneficiando a los Alemanes. Un U-Boot aislado, el U-653 que en aquellos momentos estaba intentando regresar a su base con un motor averiado a consecuencia de un ataque anterior, se dio cuenta de pronto, que se hallaba en el centro mismo de un gran convoy: se trataba de 38 barcos, entre ellos nueve petroleros, formados en línea de fila sobre 11 columnas. El submarino se separó apresuradamente a fin de poder seguir el convoy a distancia razonable, y señaló la posición al BdU.
Döenitz transmitió, sin pérdida de tiempo, esta situación a su flota de submarinos y ordenó a todo el grupo ,Raubgraff a dos unidades que acababan de repostar de un submarino cisterna y a otras once unidades desplegadas más al sur del grupo Stürmer, que alcanzaran a toda marcha la zona donde había sido avistado el convoy y le dieran caza.
Döenitz suponía que se trataba del convoy SC-112, pero en realidad, el avistado el otro, el convoy rápido HX-229. Cuando el servicio B todavía ocupado en interceptar y descifrar las señales aliadas, informó que el HX-229 se estaba acercando al Norte, Döenitz envió a los seis restantes U-Boot del grupo Stürmer y a los once del Dränger a interceptarlo. Pero el servicio B había interpretado mal las señalizaciones y le correspondió al grupo Raubgraff desencadenar el ataque en solitario.
Los submarinos de este grupo se acercaron al convoy por la derecha y, como quería que a lo largo de todo el frente y flancos de las once columnas del mismo sólo navegaban cuatro destructores, los U-Boot penetraron fácilmente aquella débil pantalla.
Inició el ataque el U-603. A las 22 horas, su comandante, el teniente de navío Bertelsmann, ordenó disparar tres torpedos de superficie FAT y un eléctrico normal. Los FAT alcanzaron al convoy siguiendo su prevista trayectoria curvilínea. Uno de ellos alcanzó al buque de carga noruego Elin K que iba en cabeza, el cual se fue a pique en pocos minutos.
Hora y media más tarde, el U-758, que navegaba al flanco del convoy, lanzó por su derecha dos FAT y dos eléctricos, Uno alcanzó al paquebote holandés Zaaland, otro al buque americano James Oglethorpe, ambos navíos quedaron inmovilizados.
Los daños sufridos en estos primeros ataques fueron suficientes para poner en grave aprieto a toda la formación de escolta. Tres de los destructores se vieron obligados a detenerse para recoger a los supervivientes, de modo que solo quedó uno de ellos para proteger a todo el convoy. Como es lógico, este no pudo hacer otra cosa que navegar arriba y abajo, por delante del convoy, dejando por lo tanto al descubierto los dos flancos. El U-435 atacó el indefenso flanco izquierdo y sus dos primeros FAT alcanzaron de lleno al buque americano William Eustis, consiguiendo inmovilizarlo.
A las 2.30h, el U-435, que había recargado sus tubos de proa, se colocó en posición por el flanco izquierdo del convoy y lanzó dos FAT y dos magnéticos.
El U-600, al mando del teniente de navío Zurmühlen, sin ser descubierto, logró lanzar desde proa cinco FAT en dirección al convoy. El primer torpedo alcanzó de lleno al buque inglés Nariva, dos alcanzaron al americano Irene Du Pont y el cuarto incendió al Southern Princess.
El último submarino del grupo Raubgraf , el U-228, atacó a las 5.34h de la madrugada, pero se hallaba demasiado distanciado y sus tres torpedos no alcanzaron el objetivo.
En el transcurso de la noche del 16 al 17 de Marzo, los once submarinos del grupo Stüermer, que creían estar navegando en la dirección del ya localizado HX-229, tropezaron, casualmente, con el SC-122. Este convoy iba fuertemente escoltado y hacia la medianoche, los radiogoniómetros HF/DF interceptaron varias señalizaciones que indicaban que seis U-Boot, por lo menos estaban navegando en un radio de acción de 20 millas en torno al convoy. En efecto, poco después los submarinos alemanes se dispusieron a atacar, pero las unidades de escolta estaban alerta y los U-Boot tuvieron que alejarse sin poder lanzar sus torpedos. Sólo el U-338 del teniente de navío Kinzel, consiguió acercarse a los buques mercantes. Al llegar frente a la séptima columna, lanzó a corta distancia, cuatro torpedos. Pocos instantes después de haber lanzado los dos primeros, Kinzel oyó dos explosiones y vio una inmensa columna de humo que se elevaba de uno de los buques, el cual presa de las llamas escoraba peligrosamente. Los torpedos de Kinzel no sólo habían alcanzado al , sino también al buque que marchaba detrás, el King Gruffydd, Ambos se hundieron en menos de una hora. Los dos torpedos siguientes alcanzaron al buque holandés Alderamin cuyos cuatro mástiles, le convertían en un blanco muy fácil. Mientras se alejaba, Kinzel lanzó todavía un torpedo de popa en dirección al Glenapp, buque del comodoro y comandante del convoy. El torpedo sobrepasó a dicho buque, cruzó por entre la novena, la décima y la undécima columnas y fue a impactar en el Fort Cedar Lake.
Por las señales de radio enviadas por los U-Boot, en el curso de la mañana del 17 de Marzo, su comandante en jefe comprendió, que sus submarinos habían interceptado por separado a ambos convoyes, y que el SC-112 debía estar, en aquellos momentos, navegando casi a unas 120 millas por delante del HX-229. Pero como las condiciones atmosféricas seguían siendo adversas, resultaba difícil, establecer la posición exacta de los submarinos después de tantos días de navegación y de las constantes maniobras realizadas. Döenitz no pudiendo dictar órdenes precisas, decidió permitir que sus unidades actuaran según su propio criterio. En aquel momento se sentaron las bases de un éxito rotundo. Antes de que oscureciera, 28 U- Boot lograron situarse en posición d e ataque, mientras el grupo Raubgraf contribuía, con sus señalizaciones, a mantener a los submarinos en el rumbo exacto del convoy.
Durante la mañana del 17 de Marzo, el SC-112 logró alcanzar el límite de la zona cubierta por los aviones con base en Islandia, y entonces todos los submarinos, menos uno, acosados por los aviones y por los destructores, tuvieron que sumergirse y situarse a popa del convoy.
Fue nuevamente el U-338 de Kinzel la unidad que desencadenó en solitario el ataque, la que a las 13.52h lanzó en rápida sucesión cuatro torpedos. El primero alcanzó al buque panameño Granville, que se hundió en menos de media hora: Se oyeron otras tres detonaciones, pero resultaron ser otras tantas cargas de profundidad lanzadas por las unidades de escolta. El nuevo ataque desencadenado al HX-229, aquella misma mañana, dio mejores resultados.
A las 7.39h, el U-91 encontró al James Oglethorpe que con su comandante, y una tripulación reducida a lo más indispensable, había conseguido reemprender el rumbo, dirigiéndose dificultosamente en ayuda del William Eustis, el U-91 hundió ambos buques con una triple salva.
Nuevos U-Boot alcanzaron la zona para participar en lo que ya parecía iba a ser una verdadera cacería. El U-665, del grupo Stürmer, lanzó un par de torpedos contra el Fort Cedar Lake, que ya había sido alcanzado por los torpedos de Kinzel. Poco después a las 13.00h, el U-384 y el U-631 atacaron por la derecha. Uno de los torpedos del U-384 alcanzó al buque inglés Coracero y el U-631, con un solo golpe bien centrado, alcanzó al barco holandés Terkoelei
Por su parte, el U-91, tras haber hundido a los buques averiados, continuó navegando en la estela del convoy, y poco después de las 15.00h se encontró frente a otros dos buques a la deriva. Uno de los tres barcos torpedeados durante la noche por el U-600, el Southern Princess, zozobró a las 10.30h, mientras la última unidad de la escolta abandonaba la zona a las 12.30h. Los dos barcos a la deriva deberían ser por lo tanto, el Irene Du Pont y el Nariva. El teniente de navío Walkerling los hundió a los dos.
A las 16.30h llegó la escolta aérea para el convoy HX-229, y entonces se interrumpió el contacto.
Sin embargo, los demás submarinos consiguieron mantenerlo con el SC-112, y apenas oscureció, el U-305, del teniente de navío Barh, se dispuso a atacar. Lanzó a larga distancia cuatro torpedos, pero el ultimo quedó bloqueado en su tubo a causa de un fallo mecánico. Los dos primeros alcanzaron al Port Auckland y al Zouave, este último se fue a pique en menos de cinco minutos. El tercero alcanzó de nuevo al Port Auckland, ya presa de las llamas. Después de ese ataque, el U-305 se vio obligado a sumergirse ante el ataque de un destructor.
El cielo despejó por la noche, y la intensa claridad de la luna impidió a los submarinos proseguir las operaciones, pues eran fácilmente localizados y obligados a retirarse. Las condiciones atmosféricas siguieron mejorando al día siguiente (18 de Marzo) soplaba un viento de fuerza 6 y la visibilidad normal alcanzaba los 5 km, excepto durante las frecuentes ventiscas de nieve. La escolta aérea para los dos convoyes llegó en el curso de la mañana y varios submarinos se vieron obligados a sumergirse rápidamente.
El HX- 229 estaba menos protegido. A las 15.52h, el teniente de navío Trojer al mando del U-221 basándose en los informes y en las señales transmitidas por otros U-Boot, se infiltró entre las unidades de escolta del convoy y, con una hábil maniobra, lanzó cinco torpedos, incluidos dos FAT. Estos alcanzaron dos barcos cada uno por dos de ellos, el carguero americano Walter O. Gresham y el importantísimo buque frigorífico inglés Canadian Star
Durante la noche del 18 al 19 de Marzo, el convoy más rápido, o sea el HX-229, se había acercado tanto al SC-112, que ambos formaban ya un solo conjunto. Cada vez resultaba más difícil para los comandantes de los submarinos distinguir a un convoy del otro, dificultad acrecentada por la incierta navegación de los U-Boot.
Los aviones regresaron a su base al anochecer, y entonces varios U-Boot tomaron contacto con los barcos Aliados, pero los destructores de escolta seguían alerta y dispuestos a atacar con cargas a cualquier submarino que apareciera. En efecto, siete de ellos se vieron obligados a interrumpir su acción. El U-666 consiguió lanzar cinco torpedos, pero la distancia era excesiva y ninguno alcanzó el objetivo. La misma suerte le acompañó U-441 a las 4.50h, a las 5.06h el teniente de navío Stuckmeier comandando el U-608, intentó torpedear al buque cisterna inglés Highlander, con una triple salva.
El U-666, en su segundo ataque al convoy SC-112, fue más afortunado. A las 5.41h lanzó cuatro torpedos con un breve intervalo de tiempo entre cada uno de ellos. El primero falló pero instantes después, el teniente de navío Stengel oyó tres explosiones y vio elevarse inmensas columnas de agua. En realidad, tan solo un torpedo había alcanzado al carguero griego Carras, que siguió a flote, aunque luego tuvo que ser abandonado por su tripulación.
En un principio, Döenitz había juzgado conveniente prolongar las operaciones hasta el amanecer del 20 de Marzo, pero en las primeras horas del 19, aparecieron grandes formaciones aéreas, y seguirían llegando en número cada vez mayor puesto que los convoyes habían llegado al límite de las 600 millas desde las bases terrestres de Islandia y de Irlanda del Norte. Por lo tanto, después del ataque desencadenado por el U-666, el SC-112 no volvió a ser hostigado.
En el curso de la mañana del 20 de Marzo, por lo que desprendía de los informes recibidos durante todo el día y la noche siguiente, se comprendió que los U-Boot no tendrían oportunidad de volver a atacar con éxito. El convoy había penetrado definitivamente el sector de mar comprendido dentro del radio de protección de los bombarderos, que eran cada vez más numerosos. Así los submarinos recibieron la orden de interrumpir la acción y dirigirse al Sudoeste. A partir de entonces debían limitarse a aprovechar las eventuales ocasiones que se les presentaran de atacar en inmersión a los buques enemigos, aislados o siniestrados, que se cruzasen en su camino.
Sólo el U-631 y el U-441 prosiguieron la caza. No abandonaron al convoy hasta el final, pero pagaron cara su osadía, pues fueron descubiertos, bombardeados y gravemente dañados, viéndose obligados a batirse rápidamente en retirada.
Lo cierto es que de los 98 buques que zarparon de Nueva York, 21 había sido destruidos por los U-Boot, con un total de 140.842 Tn, otros 18 barcos de los convoyes HK-228 y SC-121 también fueron hundidos. En realidad, los últimos días de aquel tardío invierno presenciaron un verdadero triunfo de la marina de guerra alemana. En los últimos diez días de Febrero fueron hundidos 28 buques, en los primeros de Marzo 41 y en la segunda mitad del mes 44 con un total de 695.600Tn.
El alto mando de los submarinos alemanes, tenía razones para sentirse orgulloso de esos resultados. De los 39 U-Boot a los que se había confiado en un principio la misión con seis de ellos siempre en fase de aproximación, el mando había logrado poner en contacto directo 19 de ellos con los convoyes.
Pero lo más alentador era que toda aquella acción, que tan notables resultados había dado, solo había costado la pérdida de un submarino.
Sin embargo, más tarde se puso de manifiesto que el mando alemán había valorado con exceso el éxito de aquella batalla. La razón primordial del triunfo de los U-Boot en las operaciones durante la primera noche, fue la debilidad de la escolta del HX-229. La del SC-112 era mucho más eficaz y había logrado rechazar a un número bastante importante de submarinos, a decir verdad a casi todos de ellos, excepto el U-338 que consiguió un éxito bastante notable.
Los Aliados no tardaron en sacar conclusiones de esta experiencia. En las sucesivas batallas, al poder disponer de otros destructores de la Home Fleet, cuya eficacia se vio acrecentada por el HF/DF y por el radar, y contando con la cobertura aérea que le proporcionaban los bombarderos y los portaaviones, los convoyes aliados pudieron contrarrestar mucho mejor a las “ Manadas de lobos “ e incluso pasar impunemente a través de ellas. Fue esta cobertura reforzada, la que después de ocho semanas tan sólo de los desastres sufridos por los HX-229 y SC112, cambiara por completo la suerte de la batalla del Atlántico...
EL ULTIMO TRIUNFO DE LOS U-BOOT
Moderador: MODERACION
EL ULTIMO TRIUNFO DE LOS U-BOOT
BUENA CAZA LOBOS GRISES...
Este fantastico episodio fue motivo de uno de los retos... pero aqui Souquet lo relata de menera fantastica. 
http://www.24flotilla.com/html/modules. ... eto+convoy
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Un fantástico documento de los que impunemente hago un copiar-pegar y... ¡PA LA SACA! 
Pasado un tiempo, me imprimo un par de ellos y me los leo en el apestoso y asfixiante metro madrileño hasta que llego al trabajo.
No obstante, los voy guardando en el PC, pues cuando lleve una tacada considerable, los pienso imprimir todos y encanutillarlos en formato libro para la cabecera de la cama.
Muchas gracias Souquet.
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Estos relatos tan buenos, que creais,publicais o pasais.. sería muy interesante hacerle una copia y mandarla al correo de la ODSH, incrementando los fondos, y recuperando post, que se "olvidan".
Animaos Camaradas y aportad..
Muchas gracias
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Muchas gracias
Visite.......http://www.24flotilla.com/ODSH/web.html .... es gratis..
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lethalzero
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Johann Vilthomsen